Este es un cuento dedicado a mi amigo Carlos, él está enfermo pero se está recuperando.
Erasé una vez Charlie, Charlie sufría de cansaditis. Es bien sabido que esa enfermedad hace que te canses rapidísimo. Charlie fue recetado con 21 días de reposo absoluto, sino la cansaditis se iba a complicar y pasaría a ser mamaditis, una enfermedad mucho más cansona.
Charlie pasó varios días en cama, 3 para ser exactos, pero tenía la inmensa necesidad de tomarse una birra con sus amigos, los cuales siempre acostumbraban a ir a tomar cervezas en un bohio al otro lado de la ciudad. Charlie decidió que tenía que aparecer por sorpresa a sus amigos y procedió a levantarse, pero quedo demasiado cansado y decidió descansar por 2 días enteros para recuperarse lo suficiente para levantarse.
Dos días despues Charlie ya podía levantarse sin problemas, pero tenía que ponerse los zapatos, un esfuerzo gigantesco que lo dejó increíblemente cansado. Este esfuerzo requirío un día más de descanso para Charlie, el cual durmió con los zapatos puestos. Al día siguiente bajó por las escaleras desde su cuarto hasta la puerta y abrió todas las cerraduras, 4 en total. Tal fue el cansancio que se tomó un día de descanso por cada cerradura, y sí, durmió con la puerta abierta.
Luego de los 4 días de sueño Charlie ya estaba preparado para la larga caminata hasta su carro. Caminó todo el trecho desde la entrada hasta el estacionamiento. Llegó acalorado, sudando frío y jadeando. El esfuerzo fue monumental, Charlie pasó 3 días durmiendo en el carro para luego despertar y manejar hasta el bohio.
Al despertar el viaje hasta el bohio fue sencillo, el aire acondicionado y buen tráfico ayudaron a que todo fuera más sencillo. Sin embargo al llegar al bohio Charlie se dió cuenta que sus amigos no estaban en él, todo el esfuerzo había sido en vano y ahora iba a tener que volver a su casa y pasarían días para llegar a su habitación otra vez.
Al llegar al estacionamiento de su casa se dió cuenta que todo había sido un fracaso y que seguramente le iba a dar mamaditis extremis al volver a su habitación, caminó todo el camino hasta su casa, abrió las 4 cerraduras, subió a su cuarto, se quitó los zapatos y todo de una sola sentada. En ese momento sonó su celular.
-Aló? - Atendió Charlie con voz de cansancio y dejadez.
-Bro! te estamos buscando para ir a tomar unas birras! te anotas?
-Marico, estoy demasiado cansado. Capaz otro día.
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