May 29, 2009

7 dias 7 cuentos 5/7

Max está encerrada en un sanatorio, siempre usa lentes oscuros. Su pasatiempo favorito es jugar tenis de mesa, siempre le gana a los otros pacientes y suele enfadarse porque no pueden llevar la cuenta. Max no cree estar loca, sólo le gusta usar lentes oscuros. Ella es muy atractiva y usualmente anda mordiéndose la lengua.

Los sábados en la noche Max se sienta a ver el noticiero, le gusta ese día en particular porque resumen todas las noticas y a veces ponen información de la farándula. Max nunca ha salido de su país natal, creo que se me olvido mencionar que ella es inglesa. Sin embargo Max lee mucho y sabe muchas cosas de otros países, los doctores le dicen que podría leer de noche si se quitara los lentes oscuros, pero ella no quiere.

Cuando le quitan los lentes ella cierra los ojos con fuerza y no los abre por nada del mundo. Poca gente la fastidia con eso pero siempre hay algunos que pasan rato molestándola, a ella no le importa porque luego se desquita jugando tenis de mesa con ellos.

Un día llegó un paciente ciego, Max lo veía fijamente a los ojos por varios minutos durante el día, pero nadie se daba cuenta por los lentes oscuros. Ella se incomodaba muchísimo al verlo, se ponía demasiado nerviosa pero más nerviosa se ponía al ver que otras personas estaban contemplando la mirada del ciego igual que ella lo hacía. Todo esto hasta que un día, en la mañana luego de desayunar, Max decidió hablarle.

-Hola, toma.-Max se quitó los lentes oscuros y se los puso al ciego, ella cerró los ojos con muchísimo nervio, había mucha luz en la sala donde se encontraban.
-Gracias, pero prefiero no tener lentes puestos.
-Porque? Todo el mundo puede ver quién eres por tus ojos, lo que sientes, lo que haces. Y al ver tus ojos siento como si toda el abatimiento del mundo se reposará en el fondo de tu mirada. Tú no quieres que la gente entienda eso, podrían querer hacerte daño. Tú no me entiendes porque no puedes ver tu propia mirada en este momento, acepta mis lentes por favor, yo buscaré otros.

Max cerraba los ojos con mucha fuerza, de esa fuerza que hace que oigas brisa en los ojos cuando los cierras, se mordía el labio inferior y poco a poco se ponía mas roja y sus ojos se aguaron bastante, como los tenía cerrados las lágrimas podían salir con poco esfuerzo. Mientras tanto el ciego miraba hacía una esquina pensando en lo que dijo Max. Gentil y lentamente se quitó los lentes y se los colocó a Max en el bolsillo de su camisa.

-Pero eso es exactamente lo que siento.
-Entonces ponte los lentes.
-Entonces nadie podría ayudarme.

Max abrió los ojos, eran verdes.

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