review: el nombre del viento

Tenía tiempo sin leerme un libro de más de 500 páginas por motivación propia. La obra afortunada fue El nombre del viento de Patrick Rothfuss. Qué afortunado se puede ser de leer un libro que concede las mismas quejas de series que aborrezco, pero que se enfocan en mí.

Si uno se queja del facilismo de las series de Crepúsculo y Harry Potter, que se aprovechan de estereotipos de niños con mucha imaginación y chicas adolescentes con baja autoestima, entonces El nombre del viento hace lo mismo con lectores de ficción que tienen pocas armas más allá de su astucia e inteligencia.

Les explico, este libro es un tiro al piso, una maravilla, un relato que te llena y nos da un poco de esperanza. Durante 800 páginas conocemos a Kvothe (pronunciado algo así como "Cuouth") un héroe poco común que se vale de su astucia e inteligencia para marcar diferencias y salir adelante en un mundo fantasioso que deja espacio para todo.

El universo que crea Patrick es extenso, delicado y bien narrado. Detalles profundos que nunca rayan en lo tedioso y una historia lo suficientemente tejida como para entenderla pero dispersa para abarcar más, hacen de El nombre del viento un relato que hará que las páginas vuelen, junto con su imaginación. Puedo ir elemento por elemento detallando lo que me gustó y lo que me entretuvo del libro, pero me quedo con lo importante. El protagonista, Kvothe, no es tu típico héroe de cuento y paladín encantado, es un astuto hijo de perra, una especie de John McCLane histórico y cada una de sus hazañas es un peldaño de lo que se vuelve una escalera al cielo de emociones, cada página hace que cada aventura madure un poco. Sus maestros, amigos y enemigos son tan variados y coloridos que se hace difícil no sentir que merecen su propio libro, llenos de historias y aventuras que hasta el mismo Kvothe cuenta como si no vivieran a la altura de las de él. Y también está su musa, que con cada verso Kvothe hace el mejor esfuerzo de explicar cómo se esfuerza al máximo para ayudarla y estar a su lado, dolorosamente ese es el aspecto que más engancha del personaje, su debilidad.

Recio frente a latigazos, temerario ante demonios pero a merced de una mujer y fiel a sus amigos son los rasgos de un héroe que es tan humano como figura.

Por más fuerte que se presente Kvothe, siempre el autor logra desvelar un lado de él debilitado por su pasado y vulnerable dado las circunstancias mediante, claro está, el mal de amores. El viaje es completo: aventuras, mujeres, acción, detalles, viajes, paisajes, buenos tiempos, malos tiempos y después de casi 900 páginas nos quedamos con el resumen del primer día de las Crónicas del Matareyes y una imágen casi fotogénica del héroe.

Sin embargo, siempre hay un "sin embargo", El nombre del viento no es mucho más que una introducción de proporciones épicas a lo que estoy seguro será una trilogía extraordinaria en todo sentido y que deja a la expectativa de lo que se viene. Me siento afortunado de haber leído este libro a pocos meses de que se publique el segundo volumen, pues las ansias de continuar son grandísimas. Posiblemente la expectativa es la única desventaja de este libro, pues sabemos con certeza que grandes cosas se vienen, y por las historias que desprecia Kvothe como comidilla histórica de su universo frente a la suya, no queda sino imaginar un espectáculo de literatura en las próximas entregas.

Posiblemente el balance general del libro es que quiero leer más, ya conozco a Kvothe y quiero ver cómo se ganó todos sus nombres. El único problema verdadero del libro es que siento que no tengo un buen presentimiento del destino de su héroe, quedé con el sabor de boca de que nada va a salir bien, pero a la vez estoy seguro que eso es parte de la estrategia de Rothfuss para esperar lo que se viene, todo libro de fantasía sigue esta fórmula de ansiedad, pero esta vez me la creí.

Si quieren leer un buen libro no duden en comprar El nombre del viento de Patrick Rothfuss y prometo que encontrarán el inicio de lo que será la más grande aventura de fantasía de todos los tiempos, narrada con la delicadeza del mejor bardo y la astucia del mejor ladrón.

"You have to be a bit of a liar to tell a story the right way."

— Patrick Rothfuss