Vamos primero con el alcance del cine. Este tweet de José Pisano habla de las cifras del cine de acá. Supongamos que una película llena 150.000 asientos y el cine decide darle los Bs. 30 a la producción (de lleno). Eso nos deja un total de Bs. 4.500.000, unos $ 530.000. Considerando que una película usualmente es un proyecto de más de 2 años, sacando cuentas vemos que no es el negocio de la vida. Les recuerdo que exageramos brutalmente el porcentaje de la entrada que se lleva la productora.
Hay un problema con eso: a nadie le interesaba ver El Niño que Miente. Ojo, estoy generalizando. Un gran impacto del cine es la necesidad de estar dentro de la corriente de opinión. Si todo el mundo vio una película de gran nivel, sientes que te estás perdiendo de algo. Sientes la necesidad de ver esa película y vas al cine. La inmensa mayoría de las películas venezolanas no llenan esa necesidad en lo absoluto.
Los papers de investigación tienen una similitud muy grande con las películas, una vez que sacas un paper el tema ya está siendo tratado y tienen cada vez menos sentido volver a visitarlo. Un ejemplo extremadamente comercial son las películas de vampiros. Cada vez tiene menos sentido seguir sacando films de vampiros. No solo por la saturación del mercado, sino por la falta de novedad. En un tono menos comercial, durante los 70s el tema del 'psicópata social' fue abarcado magistralmente por películas como Taxi Driver o La Naranja Mecánica para comenzar a ilustrar cómo los medios de comunicación y la percepción social podía redefinir a una persona que no encaja en la sociedad. Este tema fue abarcado durante esa época y luego se disolvió en el tiempo por varios motivos, en particular porque ya no era novedoso y estábamos viendo que en realidad la sociedad no estaba autodestruyéndose como uno pudiera imaginar. El tema fue consumido y bien abordado.
El cine también busca de reflejar algo de su origen. El cine español refleja una sociedad multicultural, con muchas raices y se enfoca en explotar la crudeza y personalidad de personajes, la variedad de matices que caracterizan cada rincón de España. El cine francés habita en un espacio colorido y mundialmente conocido por su arte, tiene que desplegarlo de alguna manera. El cine inglés es complicado y proveniente de un país que inició la revolución industrial, siempre se ha visto atacado por recesiones económicas que afectan cada aspecto de sus vidas, este es un tema recurrente. Los argentinos se creen la gran vaina y hacen un cine súper malintenso.
Mi punto es: acá no paran de hacer películas de malandros.
Peor aún, no veo timing alguno con ningún evento contemporáneo. El Chico que Miente es una película de una tragedia ocurrida en 1999. Esa película hubiera sido interesante en el 2001. El cine no sirve para despertar polémicas muertas hace 10 años, menos en un espectador que olvida tan rápidamente como el venezolano (nos caíamos a tiros por RCTV, y las expropiaciones, pero hoy ya ni nos importa que expropien todo). Sí, la gente recordará que hubo un diluvio, pero no irán a ver una película de un tema que ya no les interesa. Y no estoy siendo insensible, es una cuestión de timing.
Una buena película con buen timing pudiera ser Hermano, que aprovechó la ola de popularidad del Caracas FC y consiguió atraer gente. El problema con Hermano es que por 19na vez revisitamos el típico tema de... "La dualidad morar de la vida en los barrios". En eso se centran estas películas, todas, y revisitan un tema tan simple como la dualidad moral en condiciones de pobreza. Lo interesante es que se ha venido haciendo durante 30 años porque siempre ha habido pobreza. Y nunca la gente ha ido al cine a ver este tema de forma proactiva. Nunca lo harán. Ya creo todos entendemos que no es fácil seguir las leyes cuando no hay justicia que las haga cumplir y tengas que poner la seguridad de tu familia primero. De hecho, es un tema tan sencillo y balurdo que, en mi opinión, me parece increíble que hayan tantas películas redundando en esto.
El venezolano no apoyará una industria que se encargue de explotar la violencia y pobreza del país, no puede. Una buena historia tiene una trama y una sub-trama, en el cine venezolano parece que la sub-trama es la protagonista. La pobreza reina.
El otro problema es ¿quiénes van a contar las historias? Para escribir una buena historia de política se necesita un experto en política, para escribir una buena novela de ciencia ficción un ingeniero con imaginación pudiera inventarse un par de ideas. En fin, para sacar diversas historias se necesitan diversos conocimientos. La cosa es que vivimos en un país que hacer, leer, o investigar cualquier cosa fuera del alcance de lo que dice tu título es considerado ser un malexcitado. Yo conozco a un montón de comunicadores sociales, y la mayoría considera magia instalar 3ds Max. Obviamente una persona que no sabe nada de ciencia no puede hacer ciencia ficción. Ojo, la mayoría de ingenieros que conozco jamás se han leído un libro al cual no le hayan sacado una película. Eso le quita alcance al cine. ¿Qué historias me va a contar un comunicador social que solo lee Noticias 24? Si quieren averiguarlo, vayan a ver la cartelera.
Uno pudiera pensar que el presupuesto es el problema, no lo es. Yo he visto películas exitosas que han costado menos de un millón de dólares, entre ellas Hard Candy, Saw, Cube, Rocky, Super Size Me, Mad Max. Películas de ficción o documentales inteligentes dirigidos a una audiencia mayor, y ese es el gran dilema de nuestro cine. Para nosotros las películas venezolanas son un reflejo de la realidad, para los extranjeros son una incoherencia o una ventana repetida. Si a nosotros nos da ladilla ver malandros en la pantalla grande una y otra vez, imaginen el público extranjero, no le debe ni interesar remotamente el tema. Malandros en todos lados, hasta en el cine (y no solo robando la sala).
Cuando salió La Hora Cero pensé en darle una oportunidad. La película estaba bien hecha, pero tenía tantos clichés y un mensaje tan repetido y balurdo que no sé qué estaban tratando de contar que no se hubiera contado antes con cámaras de menor calidad que unas RED. Su sinopsis es esta:
La Hora Cero es una película Venezolana de Acción, Opera Prima del director Diego Velasco. Basada en la cruda realidad de Caracas, La Hora Cero es la historia de un sicario que se ve obligado a secuestrar una clínica privada para salvar al amor de su vida.
Esta es la sinopsis de John Q, con Denzel Washington:
A down-on-his luck father, whose insurance won't cover his son's heart transplant, takes the hospital's emergency room hostage until the doctors agree to perform the operation.
Una fue un éxito internacional, la otra no. La vigencia de una historia se define en distancia y tiempo. John Q es una pieza que se identifica con cualquier ciudadano clase media que se vea luchando contra el sistema para ayudar a su familia (esto ocurre en todo el mundo). Con La Hora Cero nos identificamos los caraqueños, fin. Cualquier originalidad que pueda tener esta película va a ser mutilada por su falta de alcance. Y ni siquiera, el hecho de que me pinten la realidad caraqueña por 34va vez no significa que esté disfrutando gastar esos reales. La Hora Cero fue otra película de malandros. Los malandros son el spagheti western del cine venezolano, pero en lugar de filmar en estudio, filman en los barrios.
Este fenómeno ocurrió cuando El Tigre y el Dragón. Yo tengo cierto fanatismo por las producciones de artes marciales chinas, y Jet Li ha hecho unas cuantas. El problema de la épica china, es que siempre tiene el mismo círculo: 1) Héroe llega 2) Héroe es derrotado 3) Héroe se redime4) Héroe combate el mal 5) Héroe muere, inmortalizado por su valentía. Esto fue productivo... por 3 films. Ya luego queda una base de fans que vuelven únicamente para disfrutar las escenas de acción y escenarios majestuosos, cosa que el cine de malandros no tiene; a menos que hagan un rancho-palacio.
Me pudieran decir que no hay real. Obvio que no hay real cuando quieres que te regalen real para hacer una producción que no va a generar ganacias. Pero si tienes un producto (una película es y tiene que venderse como un producto) claro que hay real. El cine es como cualquier negocio: 1) Buscas real 2) Produces 3) Vendes 4) Ganas dinero. Si tu película no genera dinero, capaz no deberías hacerla, y si no te quieren dar dinero, sigue buscando o mejórala.
En fin Cuando sale una película de malandros siento como si viera el trailer de Locademia de Policía 9.
buenochao!
5 comments:
¿Cuándo nos sentamos a escribir el guión de "No es otra película de malandros"?
Te faltó decir que la calidad se las películas siempre ha sido pésima, sin ninguna razón. Ninguna falta de presupuesto, o ignorancia social o de mercadeo justifica la pobreza de la luz y del sonido en las películas Venezolanas por tanto tiempo. Cuando se ven estas películas es como si los cineastas simplemente no supieran cuanta luz necesitan, o de que tipo, o que se pueden hacer overdubs posteriores de los diálogos y efectos, etc. Es solo hasta ahora (últimas 2 ó 3 películas que he visto) que la cosa ya no parece tan amateur.
Leí todo y, con birra en mano bajo el miedo de ponerme a exponer lo que se transformaría en una discusión prolongada, te digo: no leo tu blog.
hahahah cada post te aleja más y más, Fede.
Cristhian: es verdad. Hay proyectos que sería mejor no hubieran sido llevado a cabo si iban a tener un acabado pobre. Creo yo.
Primer (2004)
Budget: $7,000 (estimated)
http://www.imdb.com/title/tt0390384/
Recomendada para ti y para Ciro, si no la han visto.
PD. Tuve que darle como 10 veces a F5 pa q me habilitara la ventana de comentarios.
Ze
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