Buenochao Caracas (autorretrato)

Chau

Mucha gente dice que tiene los mejores amigos en el mundo, y eso es paja. Nadie tiene los mejores amigos en el mundo, hay demasiada gente cool que no conocen y seguro son encantadores, tienen dinero, son generosos y tienen las mejores intenciones. Así que no les voy a caer a coba. Pero sí les puedo decir algo: puede que me queje de todo, pero nunca me quejaré de mis amigos. Y creo que Patrick Rothfuss lo explicó mucho mejor.

They were the best sort of friends. The sort everyone hopes for but no one deserves, least of all me.

En una ciudad que mide el éxito en base al dinero, y la idea de diversión es tomar en un local lleno de gente buscando de copular, pude conocer diferentes personas, diferentes formas de pensar, y aprender un poco de cada uno de ellos. Tengo amigos biologos, computistas, arquitectos, caraqueños, maracuchos, waros, chinos, negros, gallos, rumberos, escritores, científicos, geeks, humanistas, dibujantes, nerds y músicos. A algunos los conocí por trabajo, por la universidad, por la vida, por el internet, por suerte y porque siempre he tratado de ser yo mismo. Caracas tiene de todo, en serio que sí. Uno puede perder todos los valores en Caracas, pero si mantienes los valores, si de verdad tratas de hacer las cosas bien en este valle de balas y luchas por lo que crees, estoy seguro de que esos valores te van a servir en cualquier lado. Y creo que eso tienen en común todas mis amistades, aún les quedan valores. Y es que nadie en Caracas te obliga a que seas una buena persona, solo agradecen cuando lo eres.

Mis amigos son gente buena, gente atenta, elocuente y que estoy seguro les irá muy bien en la vida si las cosas se les dan sin mayor tragedia. No creo que nadie vaya a estar muy triste porque me vaya, y espero que no lo estén. Estoy persiguiendo aquello con lo he soñado toda mi vida -luego de ser astronauta- y eso hoy implica dejar a mi familia, amigos, posesiones -y otras cosas- acá, creo que hay pocas cosas más que uno puede dejar de lado en la vida. Pero estoy contento porque nunca pensé que iba a poder intentar perseguir mis sueños. Y fue de mis amigos que aprendí que la caja solo está ahí para pensar afuera de ella. Fue gracias a su torpeza, a sus consejos y a su apoyo que me monto en un avión.

A mis amigos les diría que nunca conseguiré gente como ellos, y estaría en lo correcto, son únicos, como todos los demás, y eso está bien. Aprendí muchas lecciones, algunas a la fuerza, otras fueron naturales y amenas. Les tengo buenas noticias a los que me conocieron: ése era yo. Nunca les mentí, nunca fingí, y si algo dije es porque definitivamente lo pensé, o lo sentí. Era yo. Fui yo. Y cuando les digo que los quiero es porque de verdad los quiero, y río al recordarlos, amigos. Así que si algún día recuerdan un chiste, una broma, un momento, gracias, porque así no nos veamos más nunca, se podrán reir, conmigo o sin mí. En resumen, espero no me olviden, yo no los olvidaré. Y además twitteo tanto que honestamente todavía hay chance de que se ladillen de mi existencia si es que todavía no ha ocurrido ese evento.

Y como siempre hay que cerrar con algo que dijo alguien más inteligente, los dejo con unas palabras de mi escritor favorito, Neil Gaiman, de su maravilloso libro American Gods:

And in the world beyond the tale we turn the page or close the book, and we resume our lives. A life, which is, like any other, unlike any other.

So long, suckers.

buenochao!