Nov 16, 2012

Siempre estarás en nuestros corazones

Viviendo en Venzuela rara vez un domingo me desperté después de las 9 de la mañana. Independientemente de la ingesta de alcohol o comida china del día anterior, yo tenía que levantarme a las 8 de la mañana a acompañar a mi abuela a mi visitar a mi abuelo al cementerio.

Tengo muchísimos recuerdos de mi abuelo. Él falleció cuando yo tenía 12 años. Oficialmente he vivido más tiempo con él muerto que vivo. Sin embargo, cada día, cada decisión, me pregunto si él estaría orgulloso, y decido. Y cuando no pienso en él usualmente tomo la decisión incorrecta. He pasado 14 años de mi vida pensando "qué pensaría mi abuelo de esto?". En fin, todos los domingos eran muy sencillos. Yo me levantaba a las 8 de la mañana e iba con mi abuela al cementerio. Al principio íbamos con mi madre, que no se bajaba del carro, luego aprendí a conducir y pasó a ser mi responsabilidad.

Al cruzar el portal del cementerio apagaba la musica de la radio. Al llegar, ella cargaba las flores, yo cargaba el agua. Y me quedaba de pie viendo cómo una mujer añoraba al que había sido al hombre de su vida, y después de muerto aún le llevaba flores. Los primero años rezaba con ella, luego dejé de creer en muchas cosas y dejé de rezar, solo me persignaba, y años después nada; solo silencio.

En su lápida había una frase que detestaba con toda mi alma.
Siempre estarás en nuestros corazones.
Por qué? Por qué el abuelo de Cristian Caroli tenía una frase tan genérica. La frase que venden por defecto en la funeraria. Cobran por letra los hijos de puta. Cada domingo yo me imaginaba una frase diferente. Los primeros 4 años no podía pararme al lado de esa tumba sin al menos soltar una lágrima. Llorar todos los domingos durante 4 años e imaginarme algo más inteligente que decir. Luego simplemente entender, crecer y dejar de llorar.

Odiaba esa frase. No la entendía. Por qué no había algo diferente? Por qué tenía que haber algo tan plano como eso. Lo sentía lógico y genérico. Algunos domingos imaginaba un chiste grabado en su lápida, otro una lección importante. En los domingos más secos me imaginaba un simple adiós.

Ya hace casi un año que estoy fuera del país, casi un año que no visito su tumba. Irónicamente siempre lo recuerdo, y entiendo. Era verdad. No hacen falta más de 5 palabras para describir la vida de una buena persona. 64 años de trabajo y cariño se resumen en eso.

Siempre. Estarás. En. Nuestros. Corazones.

Y esto es mucho más de lo que se puede decir de muchas personas.

La pregunta de oro: quién coño se recordará de ti cuando te mueras? A buen entendedor pocas palabras, supongo.

buenochao!

2 comments:

bigzaqui said...

un poco sombrío este post...

Chigüire said...

Espero yo también tener el honor de formar parte de la memoria de alguien.