7 dias 7 cuentos 7/7

El cuento del mejor cuento del mundo.

Se sentaba Cristian frente a su computadora escribiendo un cuento, era el sexto cuento de 7 que iba a hacer. A medida que pasaban las palabras Cristian se daba cuenta que el cuento era jodidamente bueno, por lo menos suficiente como para hacerte decir “vaya, este cuento es jodidamente bueno”. Sin embargo algo jodidamente bueno no es jodidamente superior, porque uno puede ser jodidamente bueno pero esa descripción no quita que puedas ser particularmente bueno, lo cual sí es un halago.

Al rato Cristian se paró a buscar un jugo de durazno, Cristian siempre prefiere tomar o comer duraznos ya que a diferencia de la manzana pues no tienen corazón, ergo nadie sale herido, además que si quisieras joder un rato pensando que estás descuartizando a la manzana no podrías comerte su corazón, de hecho por que se llama corazón? Ni siquiera late, de todas formas eso no viene al caso.

Al rato de terminar el jugo una idea de la nada llegó al cerebro de Cristian. Fue como si interceptara un pensamiento de otro escritor mucho más talentoso. Cristian no pudo contenerse.
-Esta idea es particularmente buena!
Entonces comenzó a escribir desde cero el cuento. Línea a línea era EL MEJOR CUENTO DEL MUNDO. Cada palabra era locuaz y supra-descriptiva, los personajes eran auto explicativos y la trama era divergente en significado. Todo se vislumbraba con lo que los críticos podrían llamar un anti-cuento.

En un abrir y cerrar de ojos ya habían 3 páginas de cuento. Sin embargo el protagonista de esta historia es un imbécil y como tal pues hay que actuar el papel. Cristian se distrajo un segundo y en el momento que iba a pararse a tomar un vaso de agua decidió minimizar las ventanas de su computadora. Bajo su seguro anti-idiotas la computadora le preguntó sí estaba seguro de lo que estaba haciendo. En resumen Cristian afirmó estar seguro de ser un imbécil.

En un abrir y cerrar de ojos se borro EL MEJOR CUENTO DEL MUNDO. En algún lugar de Europa o Asia está ese súper escritor aun esperando el relámpago de inspiración que le llego a Cristian, el cual idiotamente lo desperdició. En resumen este no es el mejor cuento del mundo, es el cuento del mejor cuento del mundo.