Mar 4, 2014

Chanceo en Tiempos de Explosión Social

Es interesante cómo todo en la mente del hombre se reduce inevitablemente a sexo independientemente de las consecuencias. Yo tengo la teoría social que tan pronto conoces a una mujer todo hombre hace el juicio infinitesimalmente rápido de si quisiera acostarse con ella -eso o al menos que te mame el güevo- y luego procede con el protocolo correspondiente. No solo cuando la conoce, cuando la ve. Cuando un hombre ve un video de una multitud, antes de evaluar cualquier circunstancia, trata de observar alguna mujer con la que quisiera revolcarse y luego es que aprecia el contexto.

Esto no solo ocurre a lo lejos, ocurre en medio de explosiones sociales y las llamadas guarimbas. Estamos ahí armando peo, quemando cauchos, con nuestras pancartas, trancando la vía y esperando que lleguen los motorizados cuando si se te cruza una catira vas a querer al menos entablar un poco de diálogo. Coronar su número. Ya tienes la entrada: “Qué cagada Maduro, flaca”, diría yo.

Hace poco hubo una manifestación en Barcelona y un pana coronó un culito en medio de todo ese peo. Salieron y a la segunda cita ya estaba taladrando. Luego la jeva le dijo que sufría de depresión y él por no meterse en ese paquete le dijo que las cosas no podían continuar, que estaba agobiado con toda la situación del país. Igual se quedó en el grupo de Whatsapp que se formó para tumbar al tirano y que como todo buen grupo de venezolanos convergió en parrilla. El 12-F le permitió un polvo criollo libre de remordimientos mientras el país se viene abajo. 

El sexo te permite tomarte una pausa para apreciar lo sádico que sería agarrarse a María Corina Machado, una mujer hecha y derecha. Una MILF, vamos. Una de esas jevas que si se llega a tu lado en una marcha te metes la camisa por dentro para que no te vea la pinta de mamarracho y le diriges un par de palabras con esa retórica libre de lugares comunes plantados por el oficialismo. 
Sólido ahí el pana. Dígalo.
Maria Corina tiene un lenguaje reaccionario desde el 2002 pero ahí estás tú, viendo a ver si suelta una sonrisa, una vaina. Luego vienen los chavistas y ponen unas fotos en traje de baño en un yate de la jeva, y uno ahí infartado. Dígame las fotos con Lilian Tintori: sudor frío esa vaina.

Acércate un poco más, mi amor.
Y luego la facilidad con la que uno trata de olvidarse de los defectos de una jeva y colar un poco de comprensión si está buena. Vemos las fotos de la hija de Diosdado y buscamos de vernos reflejados, de entender que Diosdado es su padre sin importar lo hijo de puta que sea. Ella tiene que amarlo, y capaz amarlo a uno si se da la oportunidad.

El otro día me dijeron que la líder del Movimiento Estudiantil Chileno, Camila Vallejo, había desestimado los conflictos en Venezuela. Luego vi su foto y no lo podía creer: estaba buena. Algo tenía que estar mal. Ahí estaba yo, leyéndome sus declaraciones para buscar entre líneas el porqué cuando si la jeva fuera gorda estaría pasando de largo del tema. Pero algún motivo tenía que tener esta carita linda de ideas confundidas. Cero rough sex la vaina, de paso, la caraja se ve súper dulce y depinga.

Ven y yo te explico que si durante una cena -una vaina- todo el conflicto socio-político, mami.
Y así vamos, chanceando por el mundo. La naturaleza siempre por encima de la política.
Patria, socialismo o… háblame, flaca. ¿Pendiente de un café o unas cocadas por Macaracuay? Yo invito.
Re-la-ja-do.