Sep 6, 2011

Pedro y Manolo

Hoy cuando el cajero del estacionamiento no me devolvió los buenos días tuve una revelación. No me di cuenta qué es lo que está mal con mi país, pero entendí a qué punto hemos llegado.

Vivo en un país que no valora el capital humano. No tiene capital humano. El único medidor de éxito utilizado en mi país para medir el éxito es: dinero. No existe otro método válido en mi sociedad para medir a una persona. A ese cajero no le beneficia en lo absoluto monetariamente devolverme los buenos días, por ende, no lo hará. En este país puedes ser un descerebrado, pero si tienes suficiente dinero, no importará. Al final lo único que usaremos para medirte es la cantidad de plata que demuestras tener.

Todos los seres humanos somos interesados. Nos interesa nuestro bienestar, el de nuestros seres queridos y todo lo que hacemos debería estar orientado en alcanzar esa meta, a veces  a largo y a veces a corto plazo. En otros paises existe un estándar de éxito muy general, uno puede tener éxito en una variedad de ámbitos. Mi primo trabaja en un bar en Barcelona. Este bar es frecuentado por un policía local, un hombre alto y muy elegante que lleva 30 años trabajando para la Policía Secreta española. He conocido pocas personas en mi vida que reciben tanto respeto como Manolo. A Manolo le brindan el café, lo saludan con abrazos y todo el mundo respeta su opinión y hablan muy bien de él a sus espaldas. Tiene una esposa y 2 hijos mayores. Está a punto de jubilarse y pasar el resto de su vida cobrando un salario fijo y con seguridad social para conservar su salud. La comunidad lo recuerda, le pide ayuda constantemente para saber información referente a trámites y toda la comunidad le agradece su trabajo. Manolo es de los hombres más exitosos que he conocido en mi vida. Durante más de 3 décadas hizo su trabajo de forma excepcional, crió una familia y ascendió los escalones de la policía hasta donde los años y sus ganas lo dejaron.

Manolo en Venezuela sería considerado un webón.

Acá en Venezuela evaluaríamos a un tipo que pasó 30 años partiéndose el lomo en un empleo público sin poder aprovecharse de todos los miles de euros en drogas, contrabando y estafas que pasaron delante de sus ojos. Manolo solo tiene un carro para toda su casa. Peor aún, los hijos de Manolo viven alquilados. Manolo no te puede ayudar, es un carajo honesto. En Venezuela nadie le jalaría bola a Manolo, no tiene real.

Vamos al otro lado del espectro. Tenemos a Pedro (Manolo existe, Pedro no), Pedro es un empresario venezolano que tiene una empresa que le vende maquinaria pesada al gobierno. Pedro compra únicamente ropa horrible de diseñador, tiene a su familia viviendo en Miami en una mansión y maneja una Toyota Fortuner. Cuando salió el iPad 2 mandó a su asistente a hacer cola en la Mac Store desde las 3am para poder regalarle a su hija uno y a su hijo otro. Pedro tiene casa propia en Caracas también, su Fortuner está blindada y cuando fue la Copa América él fue a todos los juegos que quiso. Todos sus empleados compran la misma ropa horrible de diseñador y lo invitan a todos sus eventos sociales. No hay una sola boda o bautizo en el círculo social de Pedro que no le imprima una invitación, y de todas formas él no va a la mayoría. No hay más nada que decir de Pedro. De hecho, todo lo que puedo decir de Pedro tiene que ver con cosas que se compró o le compró a alguien.

Pedro no ha ayudado a nadie en su vida, ha salido adelante aprovechándose de las condiciones del país y ha sacado la mayor cantidad de dinero posible de cada negocio en el que ha estado. Ha negociado con criminales, con corruptos y con gente de un gobierno que él acusa de matar de hambre a su gente. Pero todo el mundo en Venezuela lo idolatra y quieren ser como él. Desean poder ir a la oficina sólo por un par de horas a la semana y hacer negocios de cientos de miles de dólares. Pedro alcanzó el éxito en Venezuela y es un fracasado en el resto del mundo.

Yo no me siento mal por el cajero. Él solo estaba velando por sus intereses. Darme los buenos días no iba a hacerlo más como Pedro, y él definitvamente no quiere ser como Manolo.

buenochao!

3 comments:

Dario Leon said...

Muy buen post primero que nada, lo que dices lo comparto 100%, mucha gente se vende por 2 lochas, todos estan pendientes de "pichame algo" o "ponme donde haya", nada de trabajar mas, de alli viene el resentimiento de muchos, pero ademas de lo que mencionas hay otra cosa y es que mucha de la gente preparada huye del pais (pq vamos a estar claros, la mayoria son maleducados y con una educacion malasa, lo que mejor se puede tratar de hacer es leer y estudiar mucho) pero aqui esas tareas son de pendejos y como bien lo comentas, el pilas es el q roba mas.

Ricardo Briceño said...

Y luego Pedro obliga a sus hijos a estudiar ingeniería, medicina o derecho porque eso es lo que da plata y renombre en esta vaina.

Muy buen post, comparto eso de que aquí el dinero suele ser el indicador de "éxito".

PD: Maquinaria no lleva acento.

Cris7ian said...

Gracias, Ricardo. Mala mía! Siempre se escapa algún typo al escribir en blogger. Ya lo arreglé.